REDACCIÓN: El Clarín (Argentina)
Boca no para. Boca no frena. Boca no perdona. Boca, este Boca que venía con la panza llena después de consagrarse campeón en el último campeonato, quiere más. El bi, sí. Y aunque todavía falta mucho para eso, no hay dudas de que el arranque del equipo que dirige Guillermo Barros Schelotto es demoledor. Con la de este domingo, frente a River, el Xeneize suma ocho victorias en igual cantidad de fechas. Ocho de ocho.
El primer paso fue hace más de dos meses, el 27 de agosto, cuando recibió a Olimpo en la Bombonera. Ahí, con la chapa de campeón recién lustrada, Boca no tuvo piedad con los de Bahía Blanca. Y el 3-0, con dos goles de Benedetto y uno de Pablo Pérez, no hizo más que remarcar que tenía mucho más para andar.
Si jugar como visitante suele ser complicado, en la segunda fecha Boca tuvo un compromiso más que especial, ya que le tocó ir a Lanús. Pero salió airoso. Le costó, es cierto, y recién encontró la diferencia cuando faltaban seis minutos para el final del partido gracias al olfato de Benedetto. Pero fue triunfo. Y a otra cosa.
Otra vez en La Boca, otra vez en su casa, el duelo frente a Godoy Cruz, por la 3ª fecha, no arrancó como los hinchas esperaban. De hecho, los mendocinos se pusieron en ventaja dejando sin palabras a los hinchas. Pero bastó que el equipo se tranquilizara y que Pablo Pérez agarrara la batuta para darlo vuelta con dos goles del volante y hasta goleara, ya que Pavón y Nández se terminaron anotando en el marcador.
La cuarta estación fue en Liniers. Y Vélez le duró poco y nada al líder. Otros dos goles de Benedetto, uno en contra de Domínguez y un cuarto de Fabra le dio otra goleada y ratificó que Boca no se iba a caer fácil.
En la 5ª, Boca tomó consciencia de que no iba a tener partidos fáciles. Y la prueba fue el 1-0 que consiguió ante Chacarita. Es que si bien los de San Martín acababan de ascender, se plantaron bien en la cancha y estuvieron a la altura de las circunstancias. Esa tarde, Boca ganó por el gol de Pavón y porque supo cómo controlar a su rival.
Ya con cinco triunfos al hilo, en Boca empezó a hablarse del récord, hoy todavía en poder de River. Por eso la visita a Patronato resultó clave. Y ahí, otra vez, el equipo del Mellizo apeló a su personalidad para llevarse un 2-0 decisivo, con dos goles de sus delanteros estrella: Pavón y Benedetto.
En la séptima, el que apareció en el horizonte fue Belgrano, con técnico nuevo y la necesidad de arañar un punto. Pero Boca no le dio ni la más mínima posibilidad. Dominador de principio a fin, el 4-0 final (Acosta, en contra, Cardona y dos de Benedetto) fue la mejor manera de llegar al Súper.
Y así llegó el octavo: nada más y nada menos que frente a River, en el Monumental y en un partido al que le sobró dramatismo. Por la expulsión de Ignacio Fernández, por el golazo de Cardona, por la roja al mismo colombiano, por el empate de Ponzio y porque cuando River parecía tener más resto anímico para quedarse con el Súper, Nández definió la historia.
Ahora, en la 9ª fecha, a Boca se le viene otra clásico: contra Racing. Y todo está dado para que la racha siga y siga. Porque este Boca no para. Boca no frena. Boca no perdona.