REDACCIÓN: Agencias
En un partido que tuvo al VAR como gran protagonista, Portugal sufrió el empate de Irán en tiempo de descuento y clasificó a los octavos de final como segundo del Grupo B. En el Mordovia Arena de Saransk, el equipo de Cristiano Ronaldo igualó 1-1 y se metió entre los 16 mejores equipos del Mundial de Rusia 2018. Los asiáticos, por su parte, quedaron eliminados.
Portugal intentó demostrar su poderío -que tiene como eje central e indudable a Cristiano Ronaldo – desde el comienzo del encuentro. El equipo de Fernando Santos se paró en campo rival, con actitud ofensiva y así generó una serie de llegadas de peligro. Una de ellas estuvo en los pies de CR7, pero el arquero Alireza Beiranvand se quedó con su intento.
Pero esa voluntad de los europeos de ir al ataque también le permitía a Irán contar con algunos espacios para el contraataque. Sin embargo, los dirigidos por Carlos Queiroz, chocaron contra sus propias limitaciones a la hora de adentrarse en terreno rival y no pudieron generar chances claras de gol.
El partido se abrió sobre los 43 minutos, con un estupendo remate de Ricardo Quaresma. El jugador de 34 años recibió la pelota y, antes de adentrarse en el área, sacó un disparo de “Tres Dedos” que se metió por el segundo palo para convertirse en el 1-0. Portugal pegó en un momento clave del partido y se fue al descanso con la tranquilidad de tener la ventaja en su poder. Las noticias de Kaliningrado hablaban de un empate entre España y Marruecos, lo que les aseguraba a los lusos el primer puesto en el Grupo.
El comienzo de la segunda parte trajo la primera gran polémica del encuentro. Cristiano Ronaldo se metió en el área, sintió el contacto de un defensor y cayó. En un primer momento, el árbitro paraguayo Eduardo Cardozo no cobró la falta, pero segundos después pidió la asistencia del VAR. Finalmente, sancionó el penal. El jugador del Real Madrid se paró frente a la pelota y el arquero Beiranvand se lució con una gran atajada ante su disparo.
Irán estaba abajo en el marcador pero no reaccionaba y Portugal manejaba con solvencia el partido. Los europeos solo pasaron algún sobresalto cuando Ghoddos sacó un disparo de afuera del área que sacó apenas desviado.
A diez minutos del final, el VAR volvió a jugar un rol protagónico. Cristiano Ronaldo le pegó un puñetazo a un jugador rival y el árbitro recurrió a la asistencia para evaluar el castigo. Insólitamente, tras constatar el golpe el juez solo le mostró una tarjeta amarilla a CR7.
Cuando parecía que Irán ya no tenía tiempo ni herramientas para torcer el rumbo, otro capítulo del VAR cambió la historia. El juez se apoyó en sus asistentes y, a los 92′, cobró una mano de un defensor y dio el penal para los asiáticos, que el ingresado Ansarifard decretó el 1-1 definitivo.
No fue la única mala noticia para Portugal que, en simultáneo, se enteró del empate agónico de España ante Marruecos que lo dejó en segundo lugar.
En octavos de final, Cristiano Ronaldo y compañía se verán las caras con Uruguay, que terminó primero en el Grupo A.
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