REDACCI脫N: El Espectador

Quiz谩 el partido fue tan importante como la vida misma. Por eso, hinchas de todos los rincones del pa铆s llegaron hasta Cali y pagaron sin pudor por tener una boleta para entrar al estadio Pascual Guerrero. El suceso lo ameritaba, Am茅rica tambi茅n. El espect谩culo, asombroso, el resultado, incre铆ble. La alegr铆a, inigualable. Y m谩s de 38 mil personas gritaron al un铆sono un clamor contenido durante 11 a帽os, tiempo de ca铆das, de derrotas, de soportar burlas y de vivir a la sombra de otros. Pero este s谩bado todo eso termin贸 y el club escarlata volvi贸 a salir campe贸n del f煤tbol colombiano.

Y atr谩s quedaron los a帽os en la segunda divisi贸n, los domingos de encuentros sin aficionados, de unos pocos saltando en las tribunas vac铆as, pues la fe se esfum贸 por los malos resultados y las malas administraciones. Pero el apego al Am茅rica los hizo volver, y la hinchada y la instituci贸n misma se recuperaron del letargo futbol铆stico. Primero con el ascenso en 2016, con mantenerse en primera y despu茅s con una que otra clasificaci贸n a cuadrangulares, suficientes luego de lo vivido.

Sin embargo, la gente quer铆a m谩s, la voz del pueblo ped铆a dar el siguiente paso. Y para su fortuna, con la paciencia de la gota que perfora la roca, Am茅rica respondi贸. Lo hizo con la victoria 2-0 sobre J煤nior en la final de este semestre y con la obtenci贸n de la estrella 14, con las nueve victorias de local, los tres empates y solo una derrota. En otras palabras: siendo tan fuerte en casa que fue imposible para los dem谩s vulnerar su arco.

Este s谩bado, Am茅rica demostr贸 que no hay que tener la pelota para ser el mejor. Que a veces basta con ser organizado e inteligente en la cancha. Y aunque el cuadro barranquillero fue el primero en acercarse a la porter铆a de Neto Volpi, Am茅rica se adelant贸 en el marcador con un cabezazo de Michael Rangel. Que si fue autogol de Sebasti谩n Viera, porque la pelota le peg贸 despu茅s de estrellarse en el palo antes de entrar al arco, o si se lo dieron al delantero es una discusi贸n sin importancia. Importa que el bal贸n se meti贸, que hubo gol y que hubo un estruendo en el Pascual Guerrero.

Y el canto en coro se repiti贸 despu茅s gracias a Carlos Sierra y su definici贸n perfecta para el 2-0 tras una jugada colectiva. Y ah铆 s铆 el alboroto fue total y hubo descontrol de la hinchada y las l谩grimas de antes, de tristeza, de 茅pocas peores, fueron de alegr铆a, de j煤bilo de nostalgia por lo vivido y lo soportado.

J煤nior intent贸 reaccionar, pero Am茅rica, el Am茅rica de Alexandre Guimar茫es estuvo impecable, tanto en defensa como en la zona de volantes. Rafael Carrascal jug贸 uno de los mejores partidos de su carrera y se encarg贸 de mantener el equilibrio de un onceno que nunca se descompens贸 y que fue m谩s inteligente que su rival.

Ya m谩s adelante vendr铆a el gol anulado al visitante gracias a la intervenci贸n del VAR (fuera de lugar claro), la mano del mismo Carrascal que la tecnolog铆a no vio y la expulsi贸n de Marlon Piedrah铆ta, que no supo controlar la adrenalina y se fue de la cancha por doble amonestaci贸n. El cuadro tibur贸n se descompens贸 y no fue inteligente, mucho menos sensato. Y los segundos se agotaron, y nadie se sent贸 en el Pascual Guerrero. Y el juez se帽al贸 el centro del terreno de juego y, como era costumbre hace algunos a帽os, Am茅rica fue campe贸n. En un ejercicio f谩cil, casi ag贸nico, el club vallecaucano logr贸 lo que que parec铆a imposible antes: ser el mejor de Colombia. Premio para los jugadores, para el cuerpo t茅cnico, para la gente y para una ciudad que nunca perdi贸 la ilusi贸n de regresar a tiempos mejores.