La magia de la Copa Davis hace que un tenista casi desconocido en la escena mundial entre en la historia del tenis. Federico Delbonis ha derrotado a Ivo Karlovic por 6-3, 6-4 y 6-2 en el último punto de la final. Antes, Juan Martín Del Potro había conseguido una espectacular remontada ante Marin Cilic, tras estar dos sets abajo, a punto de perder la final. Argentina, por primera vez, campeón de la Davis.
Tenía que ser así, sufriendo. No podía ser de otra forma con un torneo que se le estaba escapando desde hace más de 100 años.
Para Delbonis era la oportunidad de su vida y estuvo, sin ninguna duda, a la altura. Como si no le afectará la presión se mostró muy metido para devolver los misiles del servicio del croata. Karlovic estuvo flojo con el saque, tal vez porque para buscar el revés del argentino debía utilizar un efecto que no le permitía conseguir esos servicios superiores a 215 kilómetros por hora que suelen complicar tanto a sus rivales.
Delbonis rompió rápido en el primero para llevárselo por 6-3 y estuvo muy preciso en todos los passing shots, de derecha, de revés con ángulos cortos, con tiros paralelos. Consiguió pasar al croata en la red por todos lados. Realizó 25 golpes ganadores. El argentino, 41º del mundo, desplegó todo su tenis, y más también, y ganó con autoridad.
El desarrollo del segundo parcial fue idéntico. Delbo no sufría los saques de Karlovic, que sin esa arma es un tenista demasiado terrenal. El croata, tenso y cansado, apenas lograba mantener largos peloteos y se demoraba en achicar los espacios en la red cuando iba para adelante.
Delbonis, muy preciso y efectivo, no perdió la concentración en ningún momento y supo aprovechar la histórica oportunidad. Lo ayudó el muy mal partido de Karlovic, demasiado errático en la definición (42 errores no forzados). En el tercero, Delbonis consiguió un break con un extraordinario tiro por encima del croata, una torre de más de dos metros y con ello, se encaminó al primer título de Argentina en la Copa Davis. Volvió a romper en el final del set con otro gran punto para asegurarse el partido.
Todo el equipo argentino se abalanzó sobre el jugador de Azul, provincia de Buenos Aires, para festejar antes los más de 4.000 espectadores argentinos al ritmo de “Y ya lo ve, y ya lo ve, somos locales otra vez”. El público croata dejó rápido el estadio y la esquina blanca y celeste se extendió a lo grande en el Arena Zagreb.