REDACCIÓN: El ONCE HN
Después del 0-0 en la final de ida, la tarde del 23 de enero del 2000 pintaba un Estadio Nacional preparado para albergar la segunda final histórica entre los dos clubes más ganadores de la Capital.
Tanto Motagua como Olimpia contaban con grandes planteles, tan parejos que se vieron obligados a lanzar penales. El desenlace nunca será olvidado, potenciado por la decisión del técnico Pepe Treviño en dar ingreso a Diego Vázquez para la tanda fatÃdica.
Inesperadamente Reynaldo ClavasquÃn fallaba el primer tiro y daba ilusión a los melenudos, quienes estuvieron efectivos hasta el error de Rodinei Martins.
Se extenderÃa la tanda hasta la denominada “muerte súbita”, donde el séptimo lanzamiento serÃa el clave. Nimrod Medina impecable con los azules, pero Rudy Williams verÃa al guardameta argentina detener el esférico.
Asà el mimado de la afición obtenÃa su octava copa histórica, aumentando a 2-0 en la conocida paternidad de las finales.