ONCES DEL AÑO: Otros Deportes (Posición 10)
NOTA REDACTADA: 12/08/2016
A priori era el gran favorito al oro, junto a Nueva Zelanda y Sudáfrica, y Fiji supo cumplir los pronósticos con un torneo impecable: seis victorias en otros partidos culminadas con una soberbia final, en la que pasó por encima de Gran Bretaña derrotándole por un contundente 43-7 que otorga a los oceánicos su primera medalla en toda la historia de los Juegos Olímpicos, precisamente en el retorno del rugby a los Juegos tras 92 años de ausencia.
Los fijianos, además, maestros de la modalidad de Seven y de la mano del británico Ben Ryan, dieron toda una leción de rugby coral en la final de Río’2016, que tenían sentenciada ya al descanso (29-0), logrando un total de siete ensayos, conseguidos cada uno por un jugdor diferente. En semifinales, Fiji se había impuesto por 20-5 al sorprendente Japón, mientras Gran Bretaña había dejado fuera de la final a Sudáfrica por una conversión y un ajustadísimo 7-5.
La final no tuvo color. En un abrir y cerrar de ojos, en un alarde de juego veloz, imaginativo y versátil, Fiji hizo añicos el cartel que traía Gran Bretaña de poseer la defensa más rocosa del torneo, como demostró en semifinales ante los sudafricanos o en cuartos ante Argentina: 5-0.
Jugando un rugby fácil, a la mano, buscando huecos o creándolos con fintas imprevisibles, los imaginativos oceánicos desarbolaron al equipo británico desde el primer instante y sentenciaron la final antes del descanso.
Así, en la primera parte, el equipo oceánico apoyó nada menos que cinco ensayos, por medio de cinco jugadores diferentes, toda una demostración de poderío, de juego colectivo, que dejó asombrado al mundo del rugby.
El ciclón fijiano desató su tormenta en el primer minuto, en una jugada a la mano, que culminó Kolinisau, placado en el suelo, tumbado boca arriba y estirándose hacia atrás para conseguir posar el oval en la zona de marca británica.
Esa jugada sólo fue el preludio de un vendaval al que se sumaron Vunisa, Veremalua, Nakarawa y Ravouvou en la primera parte.
Josua Tuisova acrecentó la ventaja de los oceánicos hasta el 36-0 al comienzo de la segunda y, sólo entonces, el equipo británico consiguió despertar, realizar su primer ataque e inaugurar su marcador, pero la reacción británica no pasó de ahí, del ensayo de Norton, ya que Fiji, con ganas de hacer historia, aún tuvo tiempo para un ensayo más.