REDACCIÓN: Página 12
Cada evento deportivo es la dulce espera para el hincha en estos días difíciles: es el momento en el que protagonistas de estos tiempos le rendirán otro homenaje, en esta secuencia que quiere ser infinita, a Diego Armando Maradona.
Y este domingo, a cuatro días de la muerte del amado diez, el que conmovió fue Lionel Messi, que hizo el último gol de la victoria del Barcelona por 4 a 0 sobre el Osasuna y lo celebró con la camiseta que Diego usaba en sus años en Newell’s.
La escena se forjó en el minuto 73 en el Camp Nou: allí la Pulga se dio el merecido gusto de convertir quizás uno de sus goles más esperados, para tener la chance de rendirle tributo al mítico crack nacido en Fiorito. Y allí fue el rosarino.
En una secuencia que seguramente quedará para la historia, se quitó la casaca del Barcelona en su festejo del gol y detuvo su corrida cuando ya tenía descubierta aquella histórica camiseta del conjunto rojinegro, con toda la belleza del paso del tiempo encima y el 10 en la espalda.
Messi, conmovido como pocas veces se lo ha visto, se acomodó el traje de Maradona, se besó con ternura y amor sus manos y entregó aquel beso en ofrenda al cielo, mirando con sus ojos y sus brazos hacia las alturas.
Si bien aquel homenaje de argentino a argentino fue el más emotivo de la jornada 11 de la liga española, lo cierto es que previo al juego ya había habido un sentidio adiós a Maradona, quien jugó en el club entre 1982 y 1984.
Hubo un respetuoso y emotivo minuto de silencio con los futbolistas de ambos equipos reunidos alrededor de una camiseta de Barcelona con el número 10. Messi, visiblemente afectado, estuvo cabizbajo durante el minuto de silencio y cuando sonó el pitido del árbitro alzó su cabeza en dirección a la pantalla del estadio, donde se proyectaba una imagen de Maradona durante su etapa en el club “culé”.
Lo cierto es que fue con la pelota ya rodando y de la mano de Messi, que llegó la escena realmente conmovedora, tras los goles de Martin Braithwaite, Antoine Griezmann y Philippe Coutinho. Y el curso de la historia luego volvió a la normalidad, cuando el astro culé se empezó a vestir nuevamente de ídolo de Barcelona y hasta sonrió ante algo que, seguramente al pasar, algún rival o compañero le habrá dicho por su lindo homenaje. Pero por esos segundos se detuvo el tiempo: en el amoroso tributo entre dos de los que más alegrías han sabido darle al fútbol.
VÍDEO
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