REDACCIÓN: El ONCE HN
Hemos sido el único medio deportivo que reclama constantemente que el pésimo estado del Estadio Nacional se pudo haber corregido parcial o totalmente con el presupuesto aprobado en el Congreso Nacional antes de la pandemia, pero se esfumó.
Fueron 200 millones de lempiras servidos para mejorar un inmueble histórico, que hoy en día está muy cerca de pasar a la historia. Tanto la infraestructura como la cancha roza lo asqueroso, dicho esto con el máximo respeto posible.
Varias semanas atrás CONAPID y las autoridades encargadas se burlaron por primera vez del pueblo hondureño pintando las graderías para “maquillar” su deplorable situación, pero lo de este sábado no tiene nombre.
Las laminas que separaban la “parte buena” de la “parte mala” en la gradería de Sol fueron removidas, mas bien trasladas a la parte más superior. Esto no solo es una burla, sino que pone en riesgo a los miles de aficionados que asistirán este mes a las finales.
Nadie garantiza que soporten el peso y no se vayan a partir provocando una tragedia de medida colosal, algo que ni siquiera debería tener la posibilidad de ocurrir, pero acá la seguridad de los aficionados no importa.
Además, mueven el “muro de contención” para salvaguardar a las personas sin realizar alguna mejora a la gradería, nada más pintura.
¿Dónde están los 200 millones de lempiras? ¿Por qué arriesgamos miles de vida? Ya basta de tanta sinvergüenzada por parte de la CONAPID.