REDACCIÓN: El ONCE HN
A veces uno se enoja cuando lee comentarios de los aficionados como el siguiente “la Liga Nacional es una liga amateur”, pero realizando un análisis completo tienen completamente la razón.
Nos ha bastado solamente el torneo clausura 2022 para encontrar seis escándalos debido a errores administrativos, lo que confirma el daño que tiene el fútbol hondureño y que termina repercutiendo en la Selección Nacional.
A continuación los exponemos y describimos… ¡juzgue usted!
– Postergar el inicio por convocados a la selección
No había comenzado el campeonato cuando la absurda condicionante de los convocados a la Selección se hizo presente. Tanto Motagua como Real España solicitaron reprogramar sus partidos por más de tres jugadores citados por el Bolillo Gómez para el amistoso contra Colombia (en enero).
Tomando en cuenta que dos partidos no se disputarían, el resto de equipos mocionó que la jornada se postergara al menos tres días y así sucedió. Es decir que el torneo no arrancó en fecha por una situación insólita.
No vamos a culpar a los clubes de aprovecharse de las leyes, sino que administrativamente deberían borrar dicha regla. No es posible que cuatro jugadores de una plantilla de más de 28 jugadores afecte el desarrollo del campeonato. Bonito inicio tuvimos.
– Lobos UPN con casos COVID-19
Como si la pandemia hubiese terminado en Honduras, la Liga Nacional no atendió los protocolos médicos de la forma correcta y desencadenó con un equipo perdiendo tres puntos en la mesa al no presentarse para su juego.
Lobos UPN contó con 14 jugadores positivos tras las pruebas PCR, pero ni los directivos de la Liga, ni el Victoria atendieron la solicitud de reprogramar el juego. Lo cierto es que un equipo oficialmente afectado por la pandemia no tuvo respaldo alguno.
Quizá a la próxima ocasión deban jugar infectados para no perder los puntos. Acá debe existir un reglamento especial por el COVID-19, aunque se va extinguiendo o regulando poco a poco.
– Relajo en el Estadio Morazán
No vamos a cuestionar el manejo de la seguridad en el estadio por parte de Real España, porque así como sucedió en este lugar pudo suceder (como ya ha sucedido) en otro. Sino, el desenvolvimiento que tuvo el asunto.
Resulta que los catedráticos fueron castigados con cuatro partidos sin público fuera del Morazán. Para empezar si van recetar estadio vacío, no tiene sentido que castiguen al “cemento” como tal. Luego apelaron y el castigo se redujo, un aspecto negativo porque el castigo se siente flojito.
Pero vamos a omitir ese aspecto, porque no es el primero que se beneficia de una apelación. A lo que vamos es que hubo reuniones de paz y bulla en los días siguientes, pero hoy 29 de abril nadie se acuerda de lo sucedido, realmente no hubieron soluciones para la violencia en estadios. Están aplicando el “si nadie se acuerda, no pasó”.
– Cambios de localía (sin cancha registrada)
Acá se van en la misma olla el Real España y el Olimpia. No es posible que los directivos de la Liga Nacional sigan aprobando cambios para canchas alternas que los equipos no tienen registradas como tal.
Ni los merengues tenían a La Ceiba, ni los aurinegros a Choloma o Puerto Cortés. Sencillamente si no respetamos reglas tan básicas es porque impera un desorden monumental al interior de la Liga.
– Inscripción de Real Sociedad y Honduras Progreso
Esto comenzó en el torneo anterior, pero se vino a estrellar estos últimos días. Acá en este punto hay un solo culpable, no es Real Sociedad, no es Honduras Progreso, no es Platense, no es Victoria… es Salomón Galindo.
El secretario actuó de manera ilegal al permitir la compensación como método de pago para dos equipos, lo que desencadenó en una denuncia que pudo ser evitada. Nada costaba decir que las leyes no permitían pagar la cuota de inscripción de una forma distinta a un cheque, sino que provocaron un caos histórico e inadmisible.
– Calendarios mal diseñados
Este es un problema que venimos padeciendo desde años atrás, pero en el torneo clausura se volaron la barda. Parecía que cada jornada todos los clubes se ponían de acuerdo para jugar a la misma hora.
Es ilógico que cinco partidos se jueguen al mismo tiempo (excluyendo la jornada 18), chocando las transmisiones televisivas unas con otras. Lo más molesto es que prometieron, previo al torneo, que no sucedería y no cumplieron… fueron promesas baratas.
Esto afecta la promoción, cobertura y visualización de los encuentros, porque los aficionados no podrán observar a los patrocinadores que tanto invierten y claramente uno como medio no puede satisfacer lo que merecen en cuánto a cobertura en vivo y reacciones posteriores.