Fabio de Souza concedió una extensa entrevista al Diario Diez para su sección de ‘El Loco de Limber’ donde habló sobre la enfermedad que lo alejó de las canchas en los últimos meses.
Estos últimos cinco meses han sido muy duros para vos, tras sufrir una trombosis profunda, ¿cómo has logrado salir vivo? Primero por gracia de Dios. Sin Él en esta vida nada es posible, sí estoy aquí y no tengo secuelas para nada, realmente es un milagro de Dios, aunque otras personas pueden decir otras cosas, pero eso ha sido lo principal.
¿Cómo comenzó esa enfermedad? Fue un domingo por la mañana, iba a cepillarme los dientes y no logré levantarme de la cama, así comenzó todo. No me levanté en un inicio por la pereza, pensando que era un domingo y eran como las siete y minutos, me desperté antes, había puesto el despertador para las ocho de la mañana, luego veo que abrí los ojos antes de la hora programada, me quedé en la cama pensando en lo que iba a hacer y cuando me levanto para ir a cepillarme los dientes me caí, sentía un gran dolor de cabeza, perdí los movimientos porque no lograba caminar ni podía moverme.
Todo eso se dio por la mañana ¿a qué horas recibiste atención médica? Casi a la una de la tarde, yo creí que iba a mejorar, pensé que era un simple dolor de cabeza normal, nada más, aunque no podía caminar, me quedé en la cama, incluso, dormí un rato más, creí que todo iba a pasar y me recuperaría de nuevo y todo tranquilo.
Fabio de Souza, eres un inmortal, desciendes de los dioses del Olimpo. Quisiera serlo (risas). Ahí es donde te digo que es un milagro de Dios que esté vivo, no le encuentro ninguna explicación, sentía mucho dolor de cabeza, no podía ver casi nada, cuando me enviaban un mensaje a mi celular, no podía leer lo que estaba escrito, todo era borroso, no podía caminar, no podía moverme, no tenía coordinación.
¿Pero cuándo te dijeron había sido un trombosis profunda y que eso te estaba llevando a la tumba, qué pensaste? Me di cuenta hasta un viernes, casi una semana después, pero el mismo domingo por la noche, cuando me quedé interno por la supuesta bacteria, mi pantorrilla me dolía mucho, no aguantaba el dolor y cada vez se ponía muy dura, en ese momento los doctores creían que era por la deshidratación y que eso iba a pasar, llegó el martes y seguí igual, miércoles y jueves, igual. Entonces yo comencé a buscar en internet los síntomas que sentía y todo eso, empecé a sospechar lo que era, llamé al hospital para hacer una cita con la neuróloga para que ella pudiera atenderme el viernes.
¿Te dijo la neuróloga que pudiste convertirte en un cadáver en el transcurso de los días en que tenías esa supuesta bacteria? La verdad no le he preguntado, (risas). sería un mentiroso, pero sí sé que un derrame cerebral, lo que tengo entendido, puede matar a una persona o dejarte en una cama vegetal.
¿Se manejó desde un principio que la trombosis que tenías en la pierna era una contractura muscular? Sí, también lo de la bacteria que me había deshidratado y luego apareció la contractura, recibí un masaje por un tiempo de 10 minutos, el dolor era insoportable, no podía poner el pie en el suelo, no aguantaba, después me di cuenta que el masaje pudo llevarme el trombo a otros lugares.
¿En qué ha consistido todo ese proceso de recuperación? En seguir el tratamiento médico, en las medicinas, en la parte física, de poder trabajar esa parte. He mantenido la dieta, no como muchas tonteras, en ese aspecto estoy bien.
Los jugadores que han sufrido una trombosis Profunda terminan retirándose ¿Qué va a pasar con vos? Si todo sigue como está ahora, seguiré jugando, creo que tengo un ejemplo, aunque no sea igual, el de Darwin Quintero, del América de México, a los pocos meses ya estaba jugando. Para mí, no hay ningún problema en poder volver a las canchas y jugar de nuevo, en realidad la trombosis no afecta en nada a mi trabajo, cuando me dio estaba acostado en una cama, no en una cancha, no influye tanto.