La revista afamada Don Balón se ha dado desde hace algún tiempo a la tarea de recordar a las figuras del fútbol hondrueño. En esta ocasión fue el turno de Eduardo Bennett, un goleador que brilló en el fútbol argentino en la década de los 90’s.

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71 goles marcó en Argentina Eduardo “Balín” Bennett jugando en Primera y Segunda División destacándose en San Lorenzo al que llegó en 1993 jugando hasta el 95 anotando 18 goles en 47 partidos oficiales. Después por su buen fútbol fue contratado por Argentinos Juniors, equipo al que le mostró mucha fidelidad ya que se mantuvo en el en su etapa de crisis cuando descendió, pero lo ayudó a regresar a la Primera División casi inmediatamente.

En “los Bichos Colorados” Bennett consiguió 23 goles en 93 juegos en Primera y en la Segunda fue su goleador con 23 anotaciones en 26 partidos siendo una de sus grandes figuras de cara al regreso a la máxima categoría en Argentina y por obvias razones conquistando el corazón de la fanaticada del estadio Diego Armando Maradona.

Siguió en el plantel en la máxima categoría para la temporada del 99, pero algunas lesiones no le permitieron desarrollar el mismo potencial que mostró en el ascenso por lo que para el siguiente año emigró al futbol chileno con el Cobreloa.

“El Demonio”, así se le conoció en Argentina por su fuerza y aunque no fue mal intencionado se puede decir que lesionó a más de uno; se recuerda sus estrellones con Roberto Ayala o Cristian Acevedo, este último jugaba en Vélez y en un choque con Bennett se fracturó. Otros que salieron golpeados en esos estrellones fueron Fabián Cancelarich y Claudio Ubeda. Casi todos salieron con severas lesiones después de haber chocado con el hondureño.

Metía planchas peligrosísimas o codazos traicioneros mientras que afuera del campo predicaba su devoción por Jesucristo a través de los Atletas de Cristo. Lo insólito fue que en 143 partidos solo fue expulsado en tres ocasiones.

Después del año dos mil no volvió a ser el mismo, futbolísticamente hablando. En el equipo chileno pasó sin pena ni gloria, un año después, 2001, regresó a la Argentina para enrolarse en el Chacarita Juniors, al año siguiente pasó a Quilmes, donde marcó los últimos seis goles en el país que lo adoptó como uno más gracias a sus goles.

Regresó a Honduras en el 2003, diez años después de haber salido para la Argentina, para incorporarse al Olimpia, equipo con el que consiguió su primer título como profesional cuatro años después de haber debutado con el Club de la Curacao, en 1987 a los 18 años de edad, anotando el gol con el cual su equipo le empató al Motagua. En el año 91 consiguió su primer título como goleador anotando 12 goles con el Olimpia.

Bennet en el 2005 firmó para el Club Deportivo Victoria y la temporada siguiente para el Club Deportivo Vida. Con los dos no tuvo grandes actuaciones, después tuvo un breve paso por el Unión Ajax de la Liga de Ascenso de Honduras, hacia el año 2007, retornando a la Primera División de Honduras con el Atlético Olanchano, equipo con el cual descendió en el 2008 ya con 40 años de edad por lo que este fue su último equipo como profesional después de una dilatada carrera que lo llevó a jugar por Argentina en 4 equipos, 1 en Chile y 7 en su país.

Bennett con la Selección de Honduras estuvo desde las divisiones inferiores, en las Sub 21, Sub 23 y en la mayor jugó en tres Eliminatorias, para el Mundial de Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Corea-Japón 2002, en ninguna pudo clasificar.

Su debut en eliminatorias se llevó a cabo en el estadio Nacional de Tegucigalpa, ante unos 32 mil espectadores el 26 de julio de 1992. En esa oportunidad, Honduras derrotó a la Selección de Guatemala por 2-0 rumbo al mundial de Estados Unidos 1994. Durante esa eliminatoria Bennet se destacó en la victoria por 2-0 de Honduras sobre El Salvador.

Además marcó el primer gol de la historia de la Copa de Oro de la CONCACAF en el 4-2 de Honduras sobre Canadá el 28 de junio de 1991.

El último partido oficial de Eduardo Bennet con la Selección de Honduras fue durante la eliminatoria para el mundial de Corea Japón 2002. En esa oportunidad, a los 34 años de edad, participó en la derrota de Honduras como visitante ante la Selección de Panamá por 0-1.