Cualquiera hubiese pensado que un aumento de salario para los árbitros era una de las soluciones para sus trabajos que nunca satisfacen las necesidades en la Liga Nacional, pero no ha sido así.
En esta columna no me alargaré como en otras ocasiones y tampoco mencionaré casos específicos de los fallos arbitrales, pero sí atacaré su papel que roza la mediocridad.
Los árbitros, quizá no sean superhumanos, pero ellos, se supone, tienen la capacidad resolutiva en las canchas de fútbol para tomar las mejores decisiones, decisiones que deben ser imparciales y contundentes.
En Honduras estamos careciendo de buenos arbitrajes. Jornada a jornada seguimos viendo catastróficas actuaciones que benefician y perjudican.
Sabemos que en todos lados hay errores, pero parece que con el aumento salarial, que hasta llevó a una huelga, no ha hecho más que reducir la calidad de los tocapitos.
Estamos exigiendo que traten de mejorar su arbitraje conforme como se les mejoró el tema monetario, dando y dando dice un dicho.
Tanto error en las últimas jornadas de la Liga Nacional nos deja como moraleja: “Aumento salarial para aumentar la mediocridad arbitral”. Esperamos que nos silencien con buenas actuaciones.