REDACCIÓN: ESPN Deportes
La final de la Copa del Rey, que se disputará el sábado 21 de abril y colocada en un fin de semana en que se jugará la jornada 34 de la Liga, ya provoca problemas en España.
Empezando por una sede que no está clara y acabando por el hecho de disputarse tres días antes de la ida de una semifinal de Champions, que podrían disputar los dos protagonistas (Barcelona y Sevilla), la controversia de cada año acude al escenario apenas el campeón conquistó su clasificación en Valencia.
La polémica anual respecto a los pitos que por parte de los aficionados del Barça reciban el himno y el Rey de España ya se dejó escuchar en algunos foros, pero ese se entiende un problema de menor calado con otras circunstancias.
LA SEDE
La federación española mantiene año tras año la decisión de no dar a conocer la sede de la final hasta conocerse a los finalistas, por mucho que esta circunstancia provoque anualmente su punto de polémica particular.
Desde que comenzó esta temporada se dio por hecho que el Wanda Metropolitano, estadio del Atlético de Madrid, acogería la final.
“Será el escenario perfecto”, deslizó en su momento el presidente colchonero Enrique Cerezo, pero el nuevo campo de su equipo difícilmente podrá acoger la final sin provocar más movimientos, de complicado argumento, en la Liga.
Ocurre que ese fin de semana, el Atlético (eliminado en cuartos por el Sevilla) debe jugar como local ante el Betis, lo que dificulta mucho la opción de acoger una final que, por otra parte, el presidente del Sevilla, José Castro ya ha reclamado que se juegue en la ciudad andaluza.
“Si hace dos años el Barcelona jugó la final contra el Athletic en el Camp Nou es de justicia que se pueda jugar ahora en el Pizjuán o en el estadio de la Cartuja”, proclamó el mandatario, dando por hecho que su club lo solicitará oficialmente a la federación.
Entre todo ello, claro, emerge el nombre del Santiago Bernabéu, libre aquel fin de semana y que podría acoger el partido, siendo como es Madrid una ciudad equidistante entre Barcelona y Sevilla.
LA FECHA
Entre el martes 17 y el jueves 19 de abril se disputará una jornada de Liga, la 33, intersemanal. El Barça jugará en Vigo ante el Celta y el Sevilla lo hará en La Coruña ante el Deportivo. Se supone que ambos partidos se disputarán el martes para que los dos protagonistas puedan disfrutar de al menos cuatro días para preparar la final de Copa.
El calendario guarda otra sorpresa. De hecho todo esto se conocía desde que en julio de 2017 se confeccionó el calendario, pero, como viene pasando cada año a los dirigentes, entonces, no debió preocuparles.
El martes y miércoles siguientes, 24 y 25 de abril se disputa la ida de semifinales de Champions, que podrían disputar tanto Barça como Sevilla. Si la dureza del calendario no es suficiente, podría darse el caso que jugasen como visitantes y lejos de su estadio, con la dificultad de cansancio añadido que ello conllevaría.
A todo ello, el gran beneficiado podría ser, ojo a la polémica, el Real Madrid, que si juega las semifinales de Champions ese fin de semana tendría descanso.
LA LIGA
Queda ese último punto a tener en cuenta. El fin de semana del 21 de abril, el Sevilla debería recibir en el Pizjuán al Real Madrid y el Barcelona en el Camp Nou al Villarreal. Ambos partidos deberán aplazarse y solamente existe hueco entre el martes 8 y el jueves 10 de mayo, única semana sin futbol intersemanal.
Para entonces ya se habrán consumido 36 jornadas de Liga y quedando solamente dos para acabar el campeonato la situación puede estar en plena efervescencia. O estar sentenciada para alguno de los protagonistas. Y viendo ahora la clasificación, con el Villarreal peleando la cuarta plaza con el Madrid ofrece la sospecha de ver cómo afrontaría ese partido un Barça que ya fuera, quizá, campeón.
Y, cuidado, recuperándose esos partidos al cabo de una semana de sentenciarse las semifinales de la Champions. Y tres o cuatro días después de que en el Camp Nou se haya disputado, jornada 36, un Clásico entre Barça y Madrid que pueda sentenciar esa Liga y, quien sabe, dejar al equipo merengue colgado de un hilo.