REDACCIÓN: ESPN Digital
Ernesto Valverde puede conquistar en Riazor el título de Liga con el Barça… y empezar a preparar las maletas para el dejar la dirección del equipo al acabar la temporada. Una información del diario AS confirmó este rumor que comenzó a extenderse el domingo, tras la consecución de la Copa, atendiendo al malestar del entrenador por las filtraciones que desde los despachos apuntaban a una pérdida de confianza en su trabajo.
La expedición azulgrana aterrizó el sábado en Madrid, preparada para la disputa de la final de la Copa del Rey frente al Sevilla, sobresaltada por una filtración que publicó el diario Mundo Deportivo en que se apuntaba el enfado de varios ejecutivos y algún directivo con la labor de Valverde, focalizado todo con la eliminación en Roma e insinuando que, quizá, ni el doblete fuera suficiente para mantener la confianza en su trabajo.
El enfado en el vestuario fue monumental, hasta el punto que ESPN ha podido confirmar que los jugadores le trasladaron al técnico su apoyo incuestionable a la vez que dejaron patente su disgusto por la aparición de la noticia. No por ella en sí misma, sino por la procedencia, entendiendo tanto la inoportunidad como, más aún, la injusticia que se entendió su propia existencia.
El equipo azulgrana ganó la final al Sevilla con una auténtica exhibición el sábado por la noche pero las imágenes inmediatamente posteriores a la finalización del partido ya dejaron patente una cierta frialdad del técnico, que se trasladó a la sala de prensa, donde su discurso se mantuvo entre sereno y con un disimulado alejamiento de la euforia.
“Nos daban por muertos y aquí estamos”, proclamó en la rueda de prensa Valverde, quien en el vuelo de regreso a Barcelona apenas atendió a la fotografía ‘oficial’ con el presidente Bartomeu y el capitán Iniesta con la Copa de campeones pero se mostró en todo momento muy comedido… Tanto como alejados de los directivos y ejecutivos se mostraron los futbolistas, que pagaron con la moneda de la indiferencia lo que consideraron un ataque fuera de lugar tanto al trabajo del entrenador como suyo propio.