REDACCIÓN: El País
El golfista estadounidense Tiger Woods, de 45 años, se encuentra hospitalizado después de sufrir un accidente de automóvil cerca de Los Ángeles (California). Según su representante, Mike Steinberg, el deportista ha sufrido “múltiples” lesiones en una pierna y actualmente está siendo operado.
Las autoridades locales han aclarado que las heridas no ponen en peligro la vida de Woods. También han informado que el coche sufrió daños graves. El accidente ocurrió este martes por la mañana en Ranchos Palos Verdes, una ciudad del condado de Los Ángeles. Los bomberos sacaron a Woods del vehículo volcado y luego fue trasladado en ambulancia a un hospital.
Wood conducía solo. La CNN, citando a fuentes oficiales, ha informado que las heridas del golfista van “de moderadas a críticas”. Mark Steinberg, el representante del célebre deportista, ha publicado una breve declaración. “Actualmente se encuentra en cirugía”, sostuvo Steinberg, quien pidió privacidad y apoyo. El Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles (LASD, por sus siglas en inglés) señaló en un comunicado que tuvieron que usar “herramientas hidráulicas de rescate” para lograr sacar al golfista del coche. Tiger Woods tiene “lesiones que no ponen en peligro su vida”, según el teniente Michael White, de LASD.
El accidente ocurrió poco antes de las 7:15 de la mañana, según las autoridades. Las imágenes aéreas sobre la escena del accidente permiten ver el automóvil volcado con la parte delantera muy dañada.
La última aparición pública de Tiger Woods fue este pasado domingo, en una entrevista televisiva en la cadena CBS durante la última jornada del torneo Genesis Invitational, del que es anfitrión pero que no pudo disputar porque acaba de ser operado de la espalda por quinta vez en su carrera. Este nuevo paso por quirófano vuelve a situar en una encrucijada su futuro deportivo en un atleta muy castigado por las lesiones (cinco operaciones de espalda y cinco de rodilla) y deja en el aire su participación en el primer grande de la temporada, el Masters de Augusta que cada año es su gran objetivo en el sueño de alcanzar los 18 grandes de Jack Nicklaus (Tiger suma 15). “Dios, espero que sí”, respondió cuando le preguntaron si estaría recuperado para luchar en abril por una nueva chaqueta verde. “Primero, tengo que llegar. Buena parte de eso lo han de decidir mis cirujanos, médicos y fisioterapeuta. Es el único respaldo que tengo y no me queda mucho margen de maniobra. De momento, todavía estoy en el gimnasio, haciendo el trabajo para la rehabilitación”, expresó El Tigre.
Debido a este nuevo periodo de baja, Tiger Woods saldrá del grupo de los primeros 50 golfistas de la clasificación mundial por primera vez desde agosto de 2018. En total, ha estado entre está élite durante 1.069 semanas, lo que supone 20 años y medio de su carrera. Precisamente este próximo agosto, Woods cumplirá 25 años desde que se hizo profesional, en 1996. Al año siguiente, en abril de 1997, ganó el Masters de Augusta, su primer grande. Comenzaba una carrera única que en un cuarto de siglo le ha visto tanto vivir el cielo como el infierno.
No es el primer problema con el coche que sufre Tiger Woods. En mayo de 2017, fue detenido en Florida por conducir bajo los efectos de una mezcla de alcohol y medicamentos. El jugador, también lesionado entonces de la espalda, como ahora, utilizaba varias sustancias contra el dolor, lo que afectó a su capacidad de concentración y de mantenerse despierto al volante. Tiger perdió el control del vehículo pero no sufrió ningún accidente. La policía le detuvo y le hizo varias preguntas a las que Woods, prácticamente dormido, apenas podía responder. La imagen de su ficha policial, con la cara hinchada y los ojos prácticamente cerrados, dio la vuelta al mundo como el símbolo de un mito caído, una nueva caída a lo más bajo, unida a las infidelidades reconocidas que le llevaron incluso a retirarse momentáneamente del golf.