REDACCIÓN: El ONCE HN
Una verdadera historia digna de admirar, debido al riesgo que el deporte conlleva en cuanto a los contactos se refiere. Real de Minas es un ejemplo de la tremenda lucha que mostraron en su estadía en la primera división.
Ismael Santos, defensor de los mineros, estuvo jugando en las últimas tres semanas con una fisura en la mandíbula que se realizó en un entrenamiento.
El capitán del equipo prefirió correr el riesgo de una posible cirugía posterior por algún golpe, que abandonar a su equipo. Así se mantuvo en las últimas jornadas de la Liga Nacional.
La historia fue contada por el periodista Manfredo Reyes en las redes sociales.