REDACCIÓN: El ONCE HN
El fútbol supone siempre muchas injusticias, viendo casos a lo largo de la historia. En esta ocasión lo padece el equipo sub-23 de Honduras, que afrontará los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 con cinco “sacrificados”.
Sea lesión, inactividad, nivel en caída, decisión técnico, indisciplina o capricho, Miguel Falero tuvo que tomar la decisión de incluir dos refuerzos mayores de 23 años y cinco que no estuvieron en el Preolímpico.
Diario Deportivo El ONCE HN analizó los posibles “sacrificados” varios días atrás conforme a un listado de 18 futbolistas, aún con 22 futbolistas “atinamos” en cuatro de ellos.
La más sensible ausencia y de la cual se hablará por mucho tiempo es Kervin Arriaga del Marathón, uno de los líderes del mediocampo en la sub-23 y que no estará por una supuesta lesión.
También fueron “sacrificados” Darixon Vuelto (Real España), Carlos Argueta (Vida), Joseph Rosales (CAI) y Enrique Facussé (Universidad de Kentucky).