Un trágico 1-1 en Tegucigalpa a finales de los 80 y un nefasto 0-1 en San Pedro Sula a inicios del siglo 21 son las mejores patentes de que Trinidad y Tobago ha sido una bestia negra para Honduras.

Si bien la Bicolor registra siete victorias y solo tres derrotas en los 16 duelos ante los Soca Warriors, los traspiés contra los caribeños han dejado graves heridas en los corazones catrachos. Y esos zarpazos se han dado sobre todo en eliminatorias mundialistas, a pesar de que la H gana la serie: tres triunfos, tres empates y una pérdida.

La primera de las grandes heridas se tatuó en 1988, en la segunda ronda hacia el Mundial de Italia 90. Tras un 0-0 en Puerto España (30/10/1988), la H no pasó del 1-1 en el Nacional y quedó eliminada, por el gol de visitante de los trinitenses.

“Había sido el héroe en Trinidad y después en Tegucigalpa fui el villano. Tuve una salida en falso y vino el gol que nos eliminó, ni me quiero recordar de esa jugada, hace casi 30 años”, rememora el exportero hondureño Belarmino Rivera.

El gol de Juan Flores fue emparejado por Hutson Charles y así Honduras vio cómo Trinidad fulminó su sueño mundialista, aquel 13 de noviembre de 1988. “Me marcó esa jugada porque no llegamos al Mundial; me dolió mucho”, relata Nino al recordar la primera de los dos decepciones ante Trinidad.

La segunda tragedia se dio el 7 de octubre de 2001, cuando, contra todos los pronósticos, la Selección Nacional cayó 0-1 en el Olímpico y prácticamente sepultó sus aspiraciones.

Era la penúltima jornada, Honduras arribaba en la tercera posición (clasificaba al Mundial) y enfrentaba al último de la hexagonal, pero un gol de Stern John enterró a una H que luego llegó destrozada a México (perdió 0-3).

Sin duda, uno de los días más desgraciados en la historia del fútbol catracho. Ni los triunfos catrachos 2-1 hacia Alemania 74, 4-2 rumbo a Corea y Japón 2002 y 4-1 hacia Sudáfrica 2010 apagan esos amargos recuerdos.

FUENTE: Diario El Heraldo