REDACCIÓN: El ONCE HN

El 11 de abril de 2022 quedará marcado como el día que finalizó la etapa de Hernán Darío Gómez al mando de la Selección de Honduras, esto después de nueve partidos donde no pudo ganar.

Como todos los entrenadores, Bolillo también tuvo una serie de “pecados” que condenaron su estadía en la Bicolor. Básicamente enterró las posibilidades de avanzar al Mundial y la posibilidad de ganar un partido.

Todos sus pecados:

1. Promesas incumplidas
En su presentación garantizaba que Honduras podía ganar 21 de los 24 puntos por disputar en la Octagonal, así como manifestar que lucharía a muerte por clasificar al Mundial. Al final de cuentas, no le cumplió a unos aficionados que devolvió la ilusión con su llegada. Entonces solo la prestó.

2. No trabajar en diciembre
Cuando el torneo Apertura llegó a su etapa decisiva (semifinales y finales) el estratega no se encontraba en el país, debido a sus vacaciones en Colombia. No volvió hasta semanas después y perdió oportunidades de ir trabajando en pro de sacar el barco adelante.

3. Discurso de derrota
Luego de la caída ante El Salvador, que oficializó nuestra eliminación, el Bolillo comenzó a decir que la H no estaba para triunfos y que se seguirían perdiendo encuentros. Al menos esta promesa si la cumplió.

4. Aflojar a la hora de convocar
Tanto en el mes de enero y sobre todo en marzo, las convocatorias no fueron nada convincentes. Dejó afuera legionarios, que pedían permisos, acogió una base del Motagua, se olvidó de jóvenes talentos y experimentó demasiado.

5. Aferrarse al doble o triple contención
En todos sus partidos no fallaban dos o hasta tres mediocampistas con vocación defensiva, algo que coartaba la intención de generar fútbol en ofensiva. En los últimos juegos se notó claramente cómo se partía el equipo por ese esquema táctico.

6. No sacar una sola victoria
Si algo acabó con sus posibilidades de comandar el proceso de 2026 es que tuvo nueve partidos y no pudo ganar uno solo. No falta agregar más.