REDACCIÓN: El ONCE HN

Luis Fernando Suárez quedó grabado en la historia de la Selección de Honduras como el tercer entrenador en llevarnos a una copa del mundo, y actualmente es nuestro rival dirigiendo a Costa Rica.

El entrenador colombiano conversó ampliamente con “Deportes TVC” sobre la eliminatoria desarrollada por la Bicolor, dejando claro que no merecíamos terminar en el fondo de la clasificación sin puntos obtenidos.

Quedó encantado: “Siempre lo he manifestado, a mí, me gustó mucho en esta Concacaf el fútbol que presentó Honduras, pero de pronto en determinado momento nunca le acompañaron los resultados y te preguntas por qué”.

“De pronto Honduras mostró una buena faceta defensiva y de ataque, pero los resultados no se le daban. No se puede llamar suerte a eso, pero en determinado momento lo más importante es que aquí no dejamos de luchar por ello, a pesar de las limitantes, nunca bajamos los brazos y eso no ayudó”, detalló.

Va por su tercer mundial: “La primera vez (Ecuador) me terminó gustando y mucho, no sabía cómo era. Después dije que ojalá podría volver y se me dio la fortuna y es algo que le agradezco a Honduras, de volver nuevamente. Llegar una tercera vez lo valoraría como algo demasiado grande”.

Análisis de la H: “Honduras no merecía eso. El fútbol que desplegó fue mucho más de lo que mereció o lo que se vio en resultados. Espero que no suene populista, porque lo digo de todo corazón”.

“Hay que pensar en las cosas buenas que tiene y lo que sí tiene Honduras es jugadores. Jugadores para no pensar en lo inmediato presente, sino en el futuro”, aseguró.

Su experiencia en el país: “Yo encontré apoyo. Y no solamente podemos hablar de lo mío, si no que cuatro años antes se había clasificado al Mundial con Reinaldo Rueda, además también a los Juegos Olímpicos, algo que nosotros conseguimos para las olimpiadas de Londres”.

“Cuando tuvimos que hacer el cambio generacional no hubo ningún problema para hacerlo”, no dudó en afirmarlo.

Dardo a los periodistas: “Entre todas las cosas, lo que yo vi, es que Fabián Coito era bueno, buenísimo. Cuando comienzan tres o cuatro gritos de periodistas, diciendo que debe salir alguien. Ahí empieza la cosa, a desviarse un poco, a perderse el rumbo y el optimismo de cómo puede funcionar un equipo”.