REDACCIÓN: Marca
James entró en el césped en el 83′ sustituyendo a Bale y la rompió. Diez minutos le bastaron al cafetero para demostrar su enorme calidad. Logró su primer gol esta temporada con los blancos al rematar con la derecha en el último suspiro tras un gran pase de Odriozola desde la línea de fondo.
El Bernabéu se vino abajo. James se quitó la camiseta y corrió hasta la banda para fundirse en un abrazo con los aficionados blancos, que se rompieron las manos aplaudiendo y vitoreando al futbolista que, además, vio la amarilla por despojarse del jersey.
Su gol fue un alivio porque el rival estaba poniendo en aprietos al Real Madrid. Del 3-0 se había pasado al 3-2, con lo que este cuarto tanto fue la sentencia para los blancos, que lo estaba pasando realmente mal.
El colombiano fue el último cambio de Zinedine Zidane, que se vio obligado a cambiar en la primera mitad a Kroos, por lesión, dando entrada a Modric. Después, en la segunda parte Isco entró por Hazard, después de que éste se estrenara como goleador en un partido oficial con el conjunto blanco.
El de James fue la última variante cuando el duelo se puso muy complicado para el Real Madrid. El colombiano entró con 3-2 en el marcardor después de que los locales fueran ganando por un contundente 3-0 con goles de Benzema, Hazard y Modric.
Los dos goles del Granada pusieron los nervios en la grada, que veía como un encuentro perfectamente controlado se le complicaba en los últimos minutos tras un penalti muy tonto de Areola y un gol tras un córner de Domingos Duarte. Zidane dio entrada al colombiano buscando más control en el juego.
La afición, además, respaldó a James cada vez que tocó el balón. Fueron minutos de incertidumbre para el Real Madrid hasta que el colombiano pisó el área y aprovecho la asistencia de Odriozola para asegurar la victoria de un Real Madrid que sigue líder.